Día 4 OPORTO con bebé

Partimos de la base que conocemos en profundidad Oporto, lo hemos visitado en muchas ocasiones, siempre que podemos nos escapamos para disfrutar de su ambiente, su tranquilidad, su gastronomía y su gente.

Lo primero que decidimos fue el sitio para comer y el sitio para dejar el coche, la elección fue al lado del mirador da Serra do Pilar, cuyas vistas por otro lado son genialees, en una de las calles próximas pagando a regulación, ya que Oporto tiene aparcamiento regulado, los parkings suelen ser bastante caros.

Una vez hemos aparcado y nos hemos hecho las correspondientes fotos en el mirador disfrutando con Oli del paisaje paseamos por la Ribeira del Duero, esta vez sin entrar en ninguna de las bodegas, que por otra parte es totalmente recomendable sin antes no habéis visitado ninguna. Andar entre Puente Don Luis I y el Puente de Arrábida es de lo más apetecible, si podeís tomar uno de los barcos que hacen este recorrido es muy agradable (generalmente el paquete incluye la visita de una bodega y el paseo en barca)

No sé porque pero esta orilla es siempre más tranquila que la otra.

Atravesamos la Ribeira del Duero por el puente Don Luis I que ganas tenía de hacer una vez más este recorrido. Muchos turistas y muy buen rollo. Y por fin mi “Porto en baldosas” con Oli.

Paseamos por la otra orilla, mucho más animada con los típicos puestos de toallas, paños de cocina y demás utensilios de cocina. Amenizado con gente bañándose, los barcos pasando, los tunos tocando y diferentes grupos de gente haciendo capoeira, teatro, ese ambiente molón y de un buen rollo a tope!

Y nos metemos a ver la ciudad, Oli se lo está pasando fenomenal, tanta gente, tanta música, sé que lo disfruta y nosotros más.

Siempre hacemos el mismo recorrido, vamos a la Catedral la Sé,

pasamos por la estación de tren San Bento (me encantaría poder coger algún tren allí alguna vez en la vida), subimos por el Mcdonal y nos perdemos hasta llegar a la Librería Lello para hacerte la foto en esa escalera de árbol y ver escenas de Harry Potter, lo malo es el precio, cada año la suben más y la cola que implica hasta que puedes entrar.  Subir la Torre de los Clérigos para tener una bonita foto desde uno de los puntos más altos de Oporto.

Comprar pan en el Mercado del Bolhao, generalmente esta repleto de gente, pero merece la pena dar una vuelta y comprar pan allí.

Tomarte un café en el café Majestic es todo un clásico, sino fuera por el precio del café iría allí siempre, pero el precio no es muy asequible así que nos conformamos con pasear por la Rua Santa Catarina que es dónde se encuentra la mayor parte del comercio.

La verdad que nosotros fuimos a pasear con Oli y no de «turismo» propiamente dicho, comimos bacalao y las famosas francesinhas, (Churrasqueira Domingos) café, croissant y nos fuimos con el mismo sabor de boca que siempre te deja Oporto, siempre con ganas de volver.

 

 

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