La subida a la Bola del Mundo, ubicada en la Sierra de Guadarrama, es una experiencia fantástica para disfrutar en familia. Este recorrido combina naturaleza, vistas impresionantes y el desafío justo para que los más pequeños se sientan exploradores por un día. Aquí te contamos todos los detalles para planificar esta excursión.
Nosotros la hacemos una vez al mes mínimo.
Punto de partida
El recorrido comienza en el Puerto de Navacerrada, un punto fácilmente accesible en coche o transporte público desde Madrid. En el puerto encontrarás zonas de aparcamiento, restaurantes y tiendas para abastecerte antes de comenzar.
Distancia y dificultad
El trayecto desde el Puerto de Navacerrada hasta la Bola del Mundo es de unos 8 kilómetros ida y vuelta. El desnivel acumulado es de aproximadamente 400 metros, lo que lo convierte en una ruta moderada, ideal para niños que ya estén acostumbrados a caminar.
Oli lleva subiendo desde los 4 años.
El recorrido
El sendero inicia en una pista forestal bien marcada que atraviesa paisajes de alta montaña. Durante el ascenso, se disfrutan vistas espectaculares de los valles circundantes y de las montañas de la Sierra de Guadarrama. La pendiente es constante pero no demasiado pronunciada, lo que permite avanzar a buen ritmo y hacer paradas para descansar y disfrutar del entorno.
Recuerda llevar ropa adecuada: En la sierra, el clima puede cambiar rápidamente, así que asegúrate de llevar capas, gorro y guantes si vas en épocas frías.
Llegarás a la cima donde se encuentran las emblemáticas antenas de telecomunicaciones que dan nombre a la Bola del Mundo. Desde este punto, las vistas son increíbles y ofrecen una panorámica que abarca Madrid y parte de la meseta castellana.
Sin duda, la subida a la Bola del Mundo es una aventura inolvidable que fortalece los lazos familiares y fomenta el amor por la naturaleza en los niños. ¡Prepárate para una experiencia única en la Sierra de Guadarrama!
Al llegar a la Bola del Mundo, tómate un momento para disfrutar del logro y hacer fotos en este lugar emblemático. La bajada será mucho más sencilla y rápida, lo que permite un descenso tranquilo.